Reyes Magos y Montessori ¿Son compatibles?
¿Reyes Magos y Montessori juntos? Hay muchas familias que me consultan cuando llegan estas fechas cómo gestionar la llegada de Papá Noel / Reyes Magos en esta época, sobre todo si se están introduciendo en la filosofía Montessori. Quieren saber cómo ser coherentes con la filosofía y a la vez celebrar las tradiciones navideñas, ya que hay cosas que no saben cómo afrontar o cómo gestionar.
También quieren saber cómo afrontar el momento, una vez que siguen la tradición de Papá Noel y/o los Reyes Magos, de enfrentarse al descubrimiento de la verdad por parte de los y las peques.
Surgen muchas dudas así que vamos a intentar poner un poco de luz.
Reyes Magos y Montessori ¿Son compatibles?
Depende. Tenemos que tener en cuenta varios factores. La respuesta fácil cuando a alguien le hacen una pregunta no muy clara de si sigue los preceptos de María Montessori es: “Ella decía sigue al niño, así que si sigues a tu niño/a lo harás bien”, pero ya digo, esta es la respuesta fácil y quien la recibe no sabe muy bien qué hacer con ella.
La pedagogía Montessori se creó para el aula, el ambiente educativo, por tanto no siempre es aplicable al día a día en el hogar ni para todas las situaciones. No hay respuesta de María Montessori a todas las preguntas que 100 años después nos surgen en nuestra sociedad.
El tema que tratamos hoy es un tema a trabajar desde la crianza, desde las tradiciones familiares, y somos nosotros y nosotras como familia quienes tenemos que tomar una decisión sobre cómo queremos gestionar estos temas, y para ello, bien podemos dejarnos llevar por las tradiciones que hemos vivido, sin cuestionarlas, o bien podemos informarnos de alternativas para tomar una decisión consciente y meditada.
Algunos aspectos a tener en cuenta pueden ser los siguientes:
Realidad vs Fantasía en Montessori
María Montessori defendía que antes de los 6 años no era conveniente introducir la fantasía simplemente porque su cerebro no está aún maduro para ser capaces de diferenciar lo que es fantasía de lo que es la realidad. En los 6 primeros años de vida la infancia tiene lo que llama Montessori “una mente absorbente”. Son esponjas que están recibiendo inconscientemente todos los estímulos del exterior, del mundo que les rodea, para formar su vida interior. Por tanto si esos estímulos no son reales la base de su desarrollo no va a estar construida sobre el orden mental que necesita.
Evitar la fantasía antes de los 6 años no tiene nada que ver con limitar su imaginación. Si quieres entender mejor la diferencia entre fantasía (externa) y la imaginación (interna) te recomiendo este artículo
Por tanto desde un punto de vista estrictamente Montessori no es coherente hacerles creer en los Reyes Magos y demás personajes fantásticos.
Mentiras
Otro aspecto a tener en cuenta y que provoca inestabilidad a las familias es el tema de mentir a sus hijos e hijas. Lo podemos adornar de todas las tradiciones e ilusiones mágicas de la Navidad que queramos, podemos creer que es algo inofensivo e incluso no verlo como una mentira, pero realmente estar potenciando el tema de los Reyes Magos y Papá Noel es estar mintiendo.
A muchas familias les preocupa cómo hacer entender después a sus descendientes que era una mentira “piadosa” o que las personas en quien más confían han mentido sobre esto, pero que no mienten en nada más. Les preocupa la decepción o frustración que puedan sentir, o el sentirse engañados por sus propios padres y madres. Muchas veces esta preocupación viene dada por nuestras propias vivencias y por como hemos vivido este tema de pequeños/as.
Al final nuestra actitud siempre es modelo de nuestros hijos e hijas, y en este caso estaríamos validando una mentira, transmitiendo que podemos hacerlas, aunque sea por un motivo de ilusión.
No se trata tampoco de desmentir cada cosa que se diga, de plantear una conversación profunda sobre la verdad y la mentira con peques de 2 o 3 años. Se trata de no incentivar, de cuidar el lenguaje, responder con normalidad, escuchar mucho y a veces saber callar.
Chantajes
Uno de los aspectos que suele pasar desapercibido y que está muy vinculado con la creencia en Papá Noel y en los Reyes Magos es que utilizamos a estos personajes como forma de chantaje. El chantaje emocional en esta época y sobre los juguetes se da en multitud de situaciones irrespetuosas con la infancia tipo ” si no me das un beso no te doy el regalo que te traje” y muchas más que no voy a comentar ahora, pero cuando alimentamos este chantaje delegándolo en estos personajes inventados, es mucho peor.
No os ha pasado que cualquiera, sin necesidad de ser alguien conocido por nuestro/a niño/a, le pregunta si ¿ha sido bueno o buena o los Reyes le traerán carbón?
En las formaciones que doy sobre elección de juguetes, gestión de conflictos, y a veces, en las propias sobre Montessori, aparecen estos temas y reflexionamos sobre estas preguntas.
¿En qué momento decidimos convertir un acto como el de regalar que debería ser generoso, sin condiciones y de buena voluntad en un acto supeditado a lo que nosotros/as decidamos que es portarse bien o mal?, o peor aún de si tienen buenas o malas notas, ¿por qué utilizamos chantaje emocional con la infancia si no lo haríamos con ningún otro ser querido?
Os imagináis diciéndole a vuestra pareja o a vuestro padre: “mira, si no te portas bien, este año no hay regalo de navidad”. ¿Cómo te sentirías tú si te lo dijeran a ti otras personas adultas? Es que es algo que ni se nos plantea, pero con los y las peques lo tenemos totalmente normalizado.
Sea cual sea la decisión que tomes sobre los Reyes Magos, el acto de convertir los juguetes en chantaje sí que se debería evitar.
Religión
Muchas familias no quieren seguir tradiciones que estén arraigadas a una religión específica cuando no la profesan. Otras personas nos pueden tachar de incoherentes por celebrarlas a pesar de no creer. Puedes decidir respetar tradiciones religiosas porque están implantadas en tu familia y es una forma de conexión con ellos.
Como siempre, es vuestra decisión y debéis hacer lo que os haga sentir cómodos/as sin influencias ni juicios externos.
Entonces, ¿qué hago?
Por supuesto es decisión de cada familia cómo gestionar este tema, a partir de sus creencias, de sus vivencias y de las características particulares que tengan y todas las decisiones deben ser respetadas sin juicios.
Conozco muchas personas adultas que tienen un trauma con la Navidad porque su forma de encontrarse con la “verdad” de los Reyes Magos les produjo gran desilusión, rechazo y frustración, pero también muchísimas que viven con la ilusión de la primera infancia estos días y no quieren privar de eso a sus menores. Todas son válidas, y todas merecen respeto. Lo que intento transmitir es que es importante tomar la decisión de forma consciente y valorada.
Yo recuerdo perfectamente el día que me enteré que los Reyes eran mis familiares, y claro que me causó tristeza, pero no me hizo perder mi ilusión, yo sigo viviendo como algo mágico el día de Reyes, cada regalo es especial, tanto los recibidos como los entregados y es una tradición familiar muy bonita que hemos querido mantener. No por esto me siento menos afín con mi parte Montessoriana. Decido aplicar lo que considero que va mejor a la infancia que me rodea.
Siéntete libre de pensar qué es lo que quieres vivir con tus hijos e hijas, es con lo que tienes que ser coherente, y olvidar las culpas. ¿Eres pro Montessori para todo pero quieres inculcar la ilusión que tú vives con los Reyes Magos? ¡¡¡ADELANTE!!! No te culpes por ello, la prioridad es el respeto por la infancia.
Te dejo algunas alternativas, ideas o herramientas que utilizan otras familias por si te pueden ser útiles.
Alternativas para disfrazar “la verdad”
Por las redes sociales circulan varias cartas y cuentos para contar de forma más amable la verdad de quienes son los Reyes Magos cuando se nos plantea la pregunta. No nombro la autoría porque la desconozco, (yo las saqué del blog de Ikiora), son cartas que se hicieron virales en años anteriores. Os dejo dos por si os pueden ser útiles:
CARTA
“Apreciado papá y apreciada mamá de ——(nombre del niño o niña),
Somos los Reyes Magos. Sabemos que acaba de nacer ——. Es un/a niño/a precioso/a que os va a hacer muy felices a los dos. Ya sabéis que cada 6 de enero nosotros vamos en silencio a casa de todos los niños y les dejamos unos regalitos para celebrar el nacimiento del niño Jesús y para decirles lo orgullosos que estamos de ellos. Pero a partir de ahora no podremos hacerlo porque estamos muy viejecitos y cada vez hay más y más niños en este mundo. No podemos ir a casa de todos.
Además, ayer me caí del camello y me rompí el brazo (soy Melchor, un poquito torpe); Gaspar es muy lento porque camina con la ayuda de un viejo bastón y Baltasar, ¡nuestro viejecito Baltasar!, se olvida siempre de dónde tiene la lista de los regalos.
Como ves, ya estamos muy mayores y necesitamos pediros tres favores muy importantes:
Primer favor: Que nos ayudéis a poner los regalos a los niños. Cada padre y madre harán nuestro trabajo el día de Reyes: leerán las cartas de sus hijos y, con la misma ilusión que la nuestra, les pondrán los regalos como si fuéramos nosotros. Así todos los niños del mundo tendrán sus regalos y nosotros podremos descansar y ver, desde lo lejos, sus caritas de alegría.
Segundo favor: Como esto es un gran secreto, no se lo podréis decir a ——– hasta que cumpla los 7 años. Cuando tenga esta edad, ya será mayor y sabrá guardar este secreto. Los niños pequeños no deben saber que nosotros ya no podemos poner los regalos y que son los padres los que nos ayudan porque si no… ¿qué pensarán de nosotros?,¿dónde estará la magia? El secreto se ha de decir solo a los niños responsables, a los que ya pueden entender que nosotros les queremos mucho y que por eso pedimos ayuda a sus padres, las personas que más los quieren a ellos.
Tercer favor: Algunos padres que nos ayudan están enfermos o no tienen dinero para comprar regalos a sus hijos. Y también hay niños que no tienen la suerte de tener dos papás. Por eso, necesitamos que vuestros hijos se conviertan «un poquito» en Reyes Magos y compartan algunos regalos con los niños que no tienen tanta suerte como ellos.
Nada más. ¿No es demasiado, verdad?
Cuando María te pregunte por primera vez quiénes son los Reyes Magos léele esta carta. Entenderá por qué nosotros hemos confiado en vosotros para hacer nuestro trabajo: porque sois las personas que más lo queréis en el mundo y que mejor pueden ver su enorme y bondadoso corazón de perla.
Melchor, Gaspar y Baltasar”
CUENTO
Una vez un hijo preguntó a sus padres: Papás, ¿existen los Reyes Magos? Los padres de Juan se quedaron mudos, mirándose, intentando descubrir el origen de aquella pregunta.
-¿Y tú que crees, hijo?
-Yo no lo sé: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque vosotros no me engañáis; pero, como los niños del Colegio dicen eso…
-Mira, hijo, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero…
-¿Entonces es verdad?- cortó el niño con los ojos humedecidos-.Me habéis engañado!
-No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen, respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Juan.
-Entonces no lo entiendo, papá.
-Siéntate, cariño y escucha esta historia que te vamos a contar:
-Cuando el niño Dios nació, tres reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto y el niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los reyes, Melchor, dijo:
-Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
-Oh, sí! Exclamo Gaspar-.Es una buena idea, pero es muy difícil hacer esto. No seremos capaces de poder llegar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.
-Baltasar, el tercero de los reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó: Es verdad, sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito… Y el niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el portal:
-Sois muy buenos, queridos reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿Qué necesitáis par poder llevar regalos a todos los niños?
-Oh, señor!-dijeron los tres reyes postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes, no existen tantos.
-No os preocupéis por eso – dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
-Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños?-preguntó Dios.
-Sí, claro, eso es fundamental, asintieron los tres reyes.
-Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
-Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje, respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
-Pues decidme, queridos reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres? Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los tres reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, Yo, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Y cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contaran esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños también harán regalos a sus padres en prueba de su cariño.
Cuando acabaron con su explicación Teo se levantó y dando un beso a sus padres les dijo: Ahora sí que lo he entendido todo, papás. Y estoy muy contento de saber que me queréis y que no me habéis engañado.
Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.
Cómo gestionar el entorno que nos rodea
Es evidente que somos seres sociales, y que por mucho que nosotros hayamos tomado una decisión y la hayamos trasladado a la realidad de nuestra familia, nuestros hijos e hijas van a estar expuestos a una sociedad donde lo común es ver en todos los centros comerciales a Papá Noel, a los Reyes, colas para entregarles la carta o aglomeraciones para las Cabalgatas.
Ante estas situaciones ¿qué podemos hacer?:
- Informar a la familia restante de nuestras decisiones para intentar evitar preguntas y momentos incómodos.
- Morderse la lengua en multitud de ocasiones. Escuchar, acompañar y callar, sin desmentir pero sin confirmar. Una sonrisa y un abrazo son muy útiles siempre.
- Devolverle la pregunta al niño o la niña si nos hacen una pregunta incómoda, ¿y tú qué crees?, ¿qué piensas sobre eso?
- Contestar con naturalidad y de manera sincera
- Respetar las creencias que tengan en ese momento niños y niñas
- Observarles y siempre hacer las cosas desde el respeto
Es normal que nuestro/a peque antes de los 3 años mezcle y confunda entre las informaciones que le llegan. Nuestra función es la de acompañar, y la de responder de manera natural, o callar (depende del momento) y con la sinceridad que elijamos, y poco a poco irá integrando y organizando las experiencias naturalmente.
Ideas para que la Navidad siga siendo mágica y llena de ilusión
El no fomentar la idea de que son los Reyes Magos los que nos traen los regalos no tiene por qué matar la ilusión de la Navidad. Hay muchísimas familias que la siguen manteniendo con distintas actuaciones como:
- Celebrar una fiesta por el solsticio de invierno. Es en ese momento donde se entregan regalos y agradecimientos.
- Respetar la entrega de regalos “los días clave” pero sabiendo que son de otros miembros de la familia, como forma de agradecimiento
- Conocer en familia cómo se vive la Navidad en otras zonas de vuestros países, o en otros países, en otras culturas y en otras religiones
- Escribir una carta en la que, en lugar de pedir regalos, recordemos buenos momentos del año, agradezcamos las cosas buenas que nos han pasado o escribamos los deseos del año nuevo.
- Preparar juntos recetas de Navidad
- Realizar manualidades para decorar los espacios
- Vestirnos de “navidad” y hacer un montón de fotos familiares que luego podemos enviar al resto de la familia como felicitaciones virtuales
- Elaborar tarjetas de felicitación para nuestros seres queridos
- Crear un calendario de Adviento de actividades en familia. Puedes ver ideas en este post
- Inventar nuevas tradiciones únicas en nuestra familia
- Componer un villancico o una canción de navidad original
- Preparar un ritual familiar para entrar al año nuevo
Estas son sólo ejemplos, podéis organizar muchas actividades más.
Al final creo que el tiempo en familia es el que tenemos que priorizar y el que hace mágica a la Navidad. Aunque a todos/as nos gusta recibir regalos y a algunas personas, como a mí, nos encanta hacerlos, no debemos basar la ilusión en la cantidad de regalos que tengamos.
¿Y tú, cómo gestionas el tema de la Navidad? Me encantará leerte, y si te ha servido este post
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Melchor
3 Feb 2023Quiero ver los comentarios