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Llega la época de los regalos para profes. Se acaba el curso y empiezan los mensajes. Muchas familias, principalmente madres, tienen que ocupar su tiempo y dinero en este tipo de regalos y parece que no a todo el mundo le gusta la idea.
Hoy hablamos sobre esto, te damos algunos consejos, y si te gusta hacerlos, algunas ideas.
No sé muy bien de donde viene esta tradición. Parece ser que se hacían regalos cuando el sueldo de los profesores era bastante precario, allá por el siglo XIX. Es discutible si el sueldo de ahora de profes es suficiente o no, pero está claro que la idea de que necesiten complementarlo con regalos no es necesaria.
Estos días he visto mucha locura con este tema, he oído debates sobre el tema, y me han salido varias publicidades relacionadas, lo que me ha llevado a reflexionar, y a querer escribir un poquito sobre esto.
Quien defiende los regalos opina que es una forma de agradecimiento a la persona que ha sido el referente docente de sus hijos o hijas, que piensan que han dedicado su tiempo extra para beneficiar a su alumnado, le ha ayudado a superar alguna dificultad, se ha preocupado especialmente, etc, y quieren valorar ese trabajo. De la misma manera tienen detalles con otros gremios u otras personas que les ayudan, o consideran al o a la profe alguien bastante relevante en el proceso de desarrollo de sus criaturas. Hay familias que convierten la elección del regalo al o a la profe en un ritual y actividad familiar, y les encanta prepararlo todos juntos.
Las personas que lo critican se posicionan diciendo que casi ningún trabajador recibe regalos por hacer bien su trabajo, que es su obligación, y no deberían tener ninguna motivación extra. (Aunque sí que muchos trabajadores reciben cestas de navidad, cenas o algún plus). También quien piensa que es un gasto extra que, en ocasiones, no viene bien a todas las familias, y que se pone a la gente en un compromiso. Piensan que no es necesario un regalo material, sino que algo simbólico hecho por el alumnado sería suficiente. O hay que lo que no les gusta es que se haya convertido casi en una obligación.
Yo soy profe, ya sabéis. Pero además, tengo decenas de amistades o personas conocidas, algunas virtuales, que son profes. Así que qué mejor que conocer su experiencia. Les he preguntado si los veían necesarios, si les gustaban, cómo les hacían sentir, qué les gustaba recibir…en definitiva, su opinión y sus sentimientos.
Tras todas las respuestas, las conclusiones, en general, son:

Pero, ¿qué pasa con la opinión de los niños y las niñas?, ¿se tiene en cuenta?, ¿alguien les pregunta qué quieren hacer ellos/as?, porque los regalos los hacemos en su nombre y muchas veces no se les ha preguntado nada.
Mi recuerdo es que yo llevaba siempre algún detalle en navidad y algo también en final de curso a la profe que era mi tutora, y, alguna vez, a algún otro profesor que se había volcado conmigo. A mí,personalmente, me encantaba hacer esos regalos. Iba feliz y agradecida, siempre era algo que mi madre compraba, pensando en sus gustos, y que yo llevaba con ilusión. Pero jamás hubiera regalado cosas a algún profe que no me gustase sólo porque se hubiera decidido así entre las familias de la clase.
A lo comentado arriba añado, creo, en primer lugar, que los grupos de whatsapp de los padres (pocos) y madres (mayoría) de clase, debería desaparecer. No son más que un lugar de creación de problemas y rencillas, y una fuente de conflictos. Es en estos grupos donde siempre suele aparecer alguien que propone el regalo común, y hace al resto implicarse cuando a veces ni se lo han planteado, o son contrarios a esos regalos.
También pienso que debería desaparecer también todo este márketing que se ha creado en torno a final de curso, estableciendo los regalos como una obligación. Se me asemeja a tantos días creados para consumir, como un día de los enamorados, o día de la madre más. Las empresas han visto en los regalos de profes un filón que cada día explotan más, y esto me parece fatal.
Tras estas opiniones estoy a favor de dar puntualmente algún regalo al o la profe como agradecimiento a un trabajo bien hecho. De igual manera, yo se lo doy a una fisio dedicada cuando me termina un tratamiento, a mi tutora de prácticas al finalizarlas, o a una amiga que me ayuda con tiempo y esfuerzo, por ejemplo. Evidentemente, siendo artesana, mi ideal de regalo siempre es algo hecho a mano y personalizado, si puede ser por los niños o niñas, mucho mejor. Pero te dejo aquí algún consejo que igual te sirve:

Por si eres de las que te gusta regalar, te dejamos aquí algunas ideas, que como profe sé que gustarán:
nuestros juegos les encantarán para tener en clase, así además, se benefician los y las peques.
Haz detalles sin gran coste material. Un álbum o una carpeta con dibujos, dedicatorias del alumnado, una lámina o tarjeta pintada o decorada por ellos, un mural, un marcapáginas, una taza decorada por todos…
Me encantaría que siempre que puedas regales artesanía, ya que en cada pieza va un poquito del corazón de quien lo crea. Y si son tus peques quienes lo realizan, desarrollando creatividad, ingenio e imaginación, ¿qué más puede pedir un profe?
Si has llegado hasta aquí, ¡GRACIAS!, si crees que le puede ayudar a alguien este post, compártelo. También me ayudas a mí a llegar a más gente interesada en mi trabajo.